martes, 28 de octubre de 2014

Agra

 Por fin cambiamos de aires y la recompensa es grande: ¡Estamos en la ciudad del Taj Mahal!


Llegamos de noche a la ciudad y decidimos que nos tomaríamos un día de relax para estar descansadas para nuestra gran cita. Aprovechamos para dormir, mandrear y dar una vuelta para comprobar que el único aliciente de esta ciudad es la gran maravilla del mundo.

Por la mañana nos despertamos pronto y a las nueve estábamos comprando las entradas y contratando los servicios de un guía que nos explicó los secretos de este lugar.
Ya en la entrada, pudimos ver infinidad de detalles grabados en la piedra del portón principal y descubrimos que se invirtieron veintidós años en terminar la construcción.
  

Nuestro guía anteriormente había sido fotógrafo oficial del gobierno y nos sacó un book que cumplía todas las fotos de rigor, que habíamos jurado que nunca nos haríamos, y por supuesto nunca verán la luz jejeje


El Taj Mahal está construido mayoritariamente con mármol blanco pero si te acercas se aprecian las piedras semipreciosas incrustadas que provienen de distintos puntos del planeta.



  Una vez terminada la visita con el guía, pudimos pasear libremente por el recinto.


Además, aprovechamos este post para contaros que desde hace unas semanas estamos intentando completar una baraja de naipes con cartas que nos vamos encontrando por la calle y ya tenemos unas cuantas.


Y otra vez, mochilas al hombro y de vuelta al tren rumbo a nuestro último destino en la India:
Varanasi, la ciudad del río Ganga (Ganges).


  

Delhi, nuestra “ciudad negra”

La capital del Rajastán no nos recibió como nosotras esperábamos. No sabemos muy bien por qué pero no dimos pie con bola y nada nos salíó bien. Todos los días tuvieron su “pero”, sin embargo, hemos decidido ver el vaso medio lleno y contaros sólo lo bueno.

Para empezar, quisimos ir a ver el fuerte Rojo y la estatua “11 Murti” de Gandhi, que simboliza su lucha por los derechos de todas las clases sociales.



Por el camino, nos topamos con un enclave muy especial: el lugar habitual de oración de Gandhi y el lugar, además, donde tienen marcados sus últimos pasos antes de que lo asesinaran.



Al día siguiente, pudimos acercarnos a visitar el Qutab Minar, el minarete más alto de la ciudad y cuya construcción pasó por las manos de cuatro reinados diferentes. Podéis ver la foto del blog de Esther AQUÍ.



Otro día atravesamos toda la ciudad en metro para llegar a Lotus Temple. Esta obra de la arquitectura en forma de flor de Lotto y rodeada de 9 piscinas es un templo que acoge a personas de toda raza y religión, y la atmósfera que se crea en él es muy especial.


Pero, sin ninguna duda, lo mejor de lo mejor de lo mejor de Delhi, después de haber tenido un día para olvidar, fue encontrar una boutique Gourmet en la que vendían embutido, atún y cosas para hacer bocadillos...¡Fue como tocar el cielo! Jejeje...


¡Un beso a todos!



jueves, 16 de octubre de 2014

Jaisalmer, la ciudad dorada

Llegamos de noche a Jaisalmer, ciudad calurosa situada al este de la región de Rajasthan. Se conoce como “la ciudad dorada” porque todos los edificios de esta ciudad están construidos en piedra de color amarilla. Otra de sus características es que posee uno de los pocos fuertes en el que todavía vive gente dentro, unos 3000 habitantes. Y nosotras tuvimos el privilegio de poder alojarnos entre sus murallas.  


Al día siguiente, Esther se despierta con fiebre y decidimos tomarnos las cosas con calma. Cama, mucha agua y medicación son la mejor combinación para volver a recuperar poco a poco las fuerzas. Un día después, algo más descansadas, salimos a dar una vuelta por las tranquilas y, lo que más nos llama la atención, limpias callejuelas del fuerte. Son muchos los puestecillos ambulantes que decoran las paredes con figuritas, telas y demás abalorios.


Al atardecer, tuvimos la suerte de disfrutar de una visita guiada por un palacio, antigua residencia del ministro, ¡sólo para nosotras! El guía nos contó muchas curiosidades en cuanto a su construcción (hecho con piedras tipo fichas encajables de Lego), localización (fuera del fuerte para servir de punto de vigilancia) y sistema de defensa (alternando escalones altos y bajos en las escaleras de acceso para despistar al enemigo). ¡Resultó ser una tarde muy constructiva!


Y para rematar, fuimos al pequeño lago que hay a las afueras de la ciudad. Nos sorprende el ajetreo de gente que da trozos de pan a unas asquerosas y enormes criaturas y decidimos apartarnos a un quiosco algo más alejado y tranquilo a la luz de la luna, con bonitas vistas.


Los dos días siguientes fueron los más emocionantes porque hicimos una excursión en jeep al desierto para montar en camello y pasar una noche bajo las estrellas. La experiencia fue muy buena a pesar de las agujetas que nos proporcionaron nuestros queridos camaradas con joroba Michael Jackson y Papaya.



Después del paseo, paramos en unas dunas para hacer una hoguera y poder degustar una riquísima cena. En la sobremesa, nuestros guías se animaron a echar unas canciones con botellas de agua y platos como instrumentos de percusión y cuando nos dijeron que cantáramos algo en Spanish no se nos ocurría ningún hit... excepto ¡Estopa! Así que ahí nos veis, en medio del desierto y cantando “Por la raja de tu falda...” jaja, en fin, un show y de los buenos. Por fin, llegó la hora de ir a dormir y el viento decidió entrar en escena, así que tuvimos que ponernos encima todo el atrezzo disponible a pesar de dar una imagen de terroristas bastante impactante ;P



La noche fue fresca pero se agradecía después del calor que pasamos en esta bendita ciudad. Al día siguiente nos esperaba un nuevo viaje en tren hasta Delhi, capital de este país en el que llevamos ya más de un mes... os escribiremos desde allí. ¡Salud!

jueves, 9 de octubre de 2014

Jodhpur, la ciudad azul

Por fin llegamos al norte, atrás quedan dos trayectos en tren de 6 y 36 horas con un transbordo de 8 en la estación de Hubli. A partir de ahora, prometo a Esther que los trayectos serán más cortos... ¡eso espero! (Ter: ¡¡¡¡Y yo también!!!!!).

La ciudad azul debe su nombre al color de las paredes de muchas de sus casas. Las pintaban con color índigo para ahuyentar a los mosquitos y crear uniformidad en la ciudad.


Mehrangarh fort es el mayor atractivo de esta ciudad. Para verlo, cogimos audioguía pero hicimos trampas para no pagar el suplemento por entrar con una cámara, jeje.


El edificio principal posee montones de balcones y recovecos.


Pasamos tres horas viendo las dependencias que utilizaba la familia real, sus armas, sus transportes... mientras escuchábamos las explicaciones en castellano...


Una de las cosas que más nos llamó la atención fue un detalle en la pared de la entrada.
Cuando el emperador fallecía, sus esposas al salir del fuerte por última vez marcaban sus manos en esta piedra de color rojizo. Y en el acto de cremación se reunían en círculo junto al cadáver y eran incineradas vivas junto a él para permanecer juntos para siempre.


Después de tanta piedra pudimos disfrutar de la tranquilidad en unos jardines muy bonitos, ¡qué bien se está a la sombra!


Al día siguiente, después de callejear un rato vimos Sardar Market y la Clock Tower, metidas otra vez en el bullicio.


Y de nuevo, mochilas a la espalda, fuimos directas a la estación para viajar a nuestro próximo destino... Aquí os dejamos una foto de nosotras esperando al bus de las dos y media.


sábado, 4 de octubre de 2014

Hampi

Estos tres últimos días hemos tenido la oportunidad de volver al pasado visitando Hampi, unas maravillosas ruinas de los siglos XV y XVI todas ellas talladas en piedra.


Para hacer el recorrido contratamos un rickshaw, una motorcilla a tres ruedas, con techo y asientos traseros. 

Nos quedamos boquiabiertas con todos los templos, mezquitas y esculturas que vimos, todas ellas hechas a todo detalle.


Sin embargo, después de un día provechoso, tuvimos un final de espanto. Os lo contamos:

Para entrar en tres de los templos más importantes, compramos una entrada única que teníamos que llevar siempre encima, ya que nunca sabíamos cuando la teníamos que enseñar. 

En una de éstas, el conductor nos dejó en una entrada y nos dijo que teníamos que caminar unos 15 minutos para llegar al templo y nosotras, a medio camino, nos dimos cuenta que habíamos dejado las entradas en el "coche". Así que, entre risas, decidimos probar suerte e intentar que nos dejaran entrar por nuestra cara bonita. No coló y después de lloriquear un poco un chico se ofreció a llevarnos en moto a por ellas.

Una vez dentro, la batería de la cámara de Esther, que como imaginaréis llevaba todo el día dale que te pego, decidió ponerse en huelga. Ya nos veis, sacando la batería, agitándola para poder conseguir la foto del carro..., en fin, un panorama lamentable si tenemos en cuenta que hacía 6 horas que dábamos vueltas por las ruinas, la cámara de Nu tiene la pantalla rota y tenemos que hacer fotos intuitivas y además, para rematar, empezaba a llover.


Y por si esto fuera poco, la súper cámara de Nuria decidió unirse a la de Esther en la huelga, ¡menudo boicot! Por suerte, pudimos sacar todas las fotos y dejar el último templo para el día siguiente.



Aún y todo, decidimos sacar lo positivo del asunto y hacer nuestro un lema muy apropiado que vimos en una camiseta del bazar: "Don't worry, be Hampi". Así que ese día nos fuimos a cenar por ahí para ponernos las botas, ¡nos lo habíamos ganado!.