jueves, 16 de octubre de 2014

Jaisalmer, la ciudad dorada

Llegamos de noche a Jaisalmer, ciudad calurosa situada al este de la región de Rajasthan. Se conoce como “la ciudad dorada” porque todos los edificios de esta ciudad están construidos en piedra de color amarilla. Otra de sus características es que posee uno de los pocos fuertes en el que todavía vive gente dentro, unos 3000 habitantes. Y nosotras tuvimos el privilegio de poder alojarnos entre sus murallas.  


Al día siguiente, Esther se despierta con fiebre y decidimos tomarnos las cosas con calma. Cama, mucha agua y medicación son la mejor combinación para volver a recuperar poco a poco las fuerzas. Un día después, algo más descansadas, salimos a dar una vuelta por las tranquilas y, lo que más nos llama la atención, limpias callejuelas del fuerte. Son muchos los puestecillos ambulantes que decoran las paredes con figuritas, telas y demás abalorios.


Al atardecer, tuvimos la suerte de disfrutar de una visita guiada por un palacio, antigua residencia del ministro, ¡sólo para nosotras! El guía nos contó muchas curiosidades en cuanto a su construcción (hecho con piedras tipo fichas encajables de Lego), localización (fuera del fuerte para servir de punto de vigilancia) y sistema de defensa (alternando escalones altos y bajos en las escaleras de acceso para despistar al enemigo). ¡Resultó ser una tarde muy constructiva!


Y para rematar, fuimos al pequeño lago que hay a las afueras de la ciudad. Nos sorprende el ajetreo de gente que da trozos de pan a unas asquerosas y enormes criaturas y decidimos apartarnos a un quiosco algo más alejado y tranquilo a la luz de la luna, con bonitas vistas.


Los dos días siguientes fueron los más emocionantes porque hicimos una excursión en jeep al desierto para montar en camello y pasar una noche bajo las estrellas. La experiencia fue muy buena a pesar de las agujetas que nos proporcionaron nuestros queridos camaradas con joroba Michael Jackson y Papaya.



Después del paseo, paramos en unas dunas para hacer una hoguera y poder degustar una riquísima cena. En la sobremesa, nuestros guías se animaron a echar unas canciones con botellas de agua y platos como instrumentos de percusión y cuando nos dijeron que cantáramos algo en Spanish no se nos ocurría ningún hit... excepto ¡Estopa! Así que ahí nos veis, en medio del desierto y cantando “Por la raja de tu falda...” jaja, en fin, un show y de los buenos. Por fin, llegó la hora de ir a dormir y el viento decidió entrar en escena, así que tuvimos que ponernos encima todo el atrezzo disponible a pesar de dar una imagen de terroristas bastante impactante ;P



La noche fue fresca pero se agradecía después del calor que pasamos en esta bendita ciudad. Al día siguiente nos esperaba un nuevo viaje en tren hasta Delhi, capital de este país en el que llevamos ya más de un mes... os escribiremos desde allí. ¡Salud!

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