martes, 25 de febrero de 2020

Inle

Aún con el cuerpo resentido de la paliza de los días anteriores, nuestro primer día en Inle decimos que sí a la propuesta que nos lanza Anna, una catalana que conocimos por tierras birmanas. Se trata de ir a visitar Tofu Palace; un lugar donde poder degustar gran variedad de productos locales y, como producto estrella, el tofu en sus diferentes versiones. Acordamos coger unas bicis para “llegar antes”, pero la historia se complica cuando las bicis trochas del hotel hacen del recorrido de subidas y bajadas un suplicio que dura casi ¡una hora! ¿podemos dejar ya de hacer ejercicio, por favor???



El lugar es un puestecillo con unas mesas y sillas que sirve de bienvenida y punto de encuentro con un simpático hombre que resulta ser nuestro guía. Así que nada de palacios ni cosas ostentosas como el nombre parecía indicar… Tras invitarnos a una ensalada de tofu y darnos a probar ciertos snacks, nos propone hacer una visita guiada por el pueblo de manera que podamos ver con nuestros propios ojos cómo se elaboran los diferentes productos locales que vemos en las tiendas de todo el país.




Durante el paseo por el pueblo, el guía nos explica las propuestas que se llevan a cabo en relación a la limpieza de las calles, reciclaje y mejora de la escuela y centro médico. La gente, a nuestro paso, nos saluda amable y con ciertas sonrisas tímidas. En nuestra ruta vamos a 4 casas/talleres: tofu, pipas, snacks y dulces. En cada una de las paradas, vemos sorprendidas cómo se hace con un mismo ingrediente diferentes variedades usando varias técnicas: cocido, asado, frito... Nos dan a probar de todo y siempre ofrecen la posibilidad de comprar directamente al productor. La visita resulta muy interesante y el camino de vuelta a casa parece más corto… como de unos 50 min, jajaja




Al día siguiente, acordamos hacer una excursión en barco con otras compañeras y a nuestra medida en cuanto a horarios y paradas. Salimos a las 11h de nuestro hotel y empieza un agradable paseo en barca.



Después de casi una hora llegamos a la primera parada; unos telares que trabajan con seda, loto y algodón. Es impresionante ver cómo elaboran el hilo de la planta de loto con una paciencia infinita. El trabajo en los telares es minucioso, rítmico y con cierto efecto hipnotizante. Nos explican las diferencias en los tejidos y la forma que tienen de crear los colores partiendo de productos naturales.



En la siguiente parada, vemos cómo se elaboran los conocidos “Cheroots”, unos cigarros hechos de manera artesanal con hojas de tabaco. Aunque aprovechamos para contaros que, en este país, lo más habitual es mascar tabaco que viene plegado en forma de pirámide que casi no cabe en la boca al principio y tiñe los dientes de color anaranjado. A medida que se va consumiendo, la gente lo escupen allá por donde pilla y es por eso tan habitual ver manchas rojas por el suelo. Hacemos un alto en el camino para comer y hoy, como estamos de fiesta, tiramos la casa por la ventana y nos damos un festín. Nuria se anima a comer pescado a la brasa, ¡uno entero para ella sola! Y Esther prueba una nueva receta para unos deliciosos “noodles”.



Con las pilas cargadas, visitamos Phaw Daw Oo pagoda en la que vivimos un momento muy curioso. Al poco de acceder, nos hacen salir a los turistas fuera del templo principal porque hay una visita de alguien importante que va rodeado de guardaespaldas, agentes de seguridad y policía. Además de un grupo de paparazzi entre los que se cuela nuestra fotógrafa particular para ver qué se cuece. Averiguamos que es el presidente de Myanmar y su esposa que visitan el templo y son recibidos con honores. Después vamos al Jumping Cat monastery, un monasterio  que no tiene mucho de especial así que aprovechamos para hacernos fotos.







Y por último, llega el momento más auténtico: el atardecer sobre el lago Inle. Esperamos cerca de una hora para ver cómo se despide el sol pero mientras podemos ver a hombres pescando de una forma muy característica y que supone todo un sello del lugar. Hay pescadores reales que tratan de buscarse la vida pescando y otros ficticios que sólo se acercan a las barcas de turistas para que les hagas la foto y, al fin y al cabo, es otra forma de buscarse la vida. Si queréis ver a uno de los reales podéis visitar el blog de Esther: www.estherdiaz.es.



Nos despedimos en Inle de la que ha sido nuestra gente durante una semana y volvemos al formato tándem para nuestro próximo destino: Hsipaw. ¡Allí nos vemos!


jueves, 20 de febrero de 2020

Trekking Kalaw-Inle; 3 days/2 nights!

Dejamos atrás la capital para vivir una de las experiencias más recomendadas para nuestro viaje en Myanmar: hacer un trekking desde la localidad de Kalaw para terminar en el pueblo que alberga el lago Inle. Nos venimos arriba y nos animamos a realizar el de 3 días y 2 noches; dispuestas a compartir la experiencia con otras 7 personas y Moonsen, un guía muy experimentado.


Arrancamos el primer día recorriendo un tramo inicial por vías de tren en desuso pero luego las cuestas empiezan a resultar cada vez más frecuentes y, muy a nuestro pesar, más empinadas. Aunque cansadas, la ruta se va haciendo poco a poco más amena a medida que nos vamos conociendo, hablando con nuestros nuevos compañeros y nos sorprende cruzarnos de vez en cuando con búfalas de gran cornamenta pero bastante tranquilas. 




También pasamos por poblados donde la gente, siempre sonriente, nos saluda con la mano y con una sonrisa. Descubrimos que la tierra birmana es rica en cultivos variados pero si algo abunda son los campos interminables de chili. Pasadas las 4 de la tarde y con unos 23 km a nuestras espaldas, llegamos a nuestro alojamiento donde unas familias nos preparan una sabrosa cena…




El segundo día, al despertarnos, las agujetas se hacen notar y muchos llevamos cierto ritmo de Robocop, jajajaja. El paisaje se vuelve más árido y nuestros pasos atraviesan campos bastante secos hasta llegar al que será el momento estrella de la jornada: el río. Se trata de hacer un alto en el camino para dar un poco de tregua a nuestros pies pero alguna se anima a meterse de cabeza para bajar los calores de la mañana… claro que luego arrancar es más difícil y al “grupo de los mayores”, como nos llaman los del grupo de jovenzuelos, nos cuesta coger el ritmo. Esa noche nos permiten dormir en un monasterio y tenemos el lujo de contar con dos mantas cada uno, ¡imaginaos el frío que hace!





El tercer día Esther amanece con un inquilino en la cama: tiene un gato acurrucado junto a sus pies y al descubrirlo no puede estar más contenta. Cogemos fuerza en el desayuno y con el frescor mañanero nos ponemos en marcha. Hoy nos avisa el guía que será el día más duro con bajadas que harán sufrir a nuestras rodillas. Tenemos la suerte de ver diferentes estampas porque pasamos por una escuela a la hora del recreo y parte de la ruta transcurre a lado de un desfiladero que bien podría ser la versión birmana del Gran Cañón del Colorado, ¡qué bonito!






Aunque parece que nunca iba a llegar a su fin, nuestros pies pueden descansar y una barcaza nos acerca al pueblo del lago Inle. Es entonces el momento de despedirnos de nuestros compañeros de fatiga y de unos 65km en total. Ha sido un gustazo compartir esta experiencia con ellos y, a pesar de haber sido “el grupo de los mayores”, hemos cumplido como campeones con las expectativas.  ¡Hasta pronto chic@s!



Recordad que si queréis ver alguna foto más podéis entrar en www.estherdiaz.es/,  ¡gracias!



viernes, 14 de febrero de 2020

¡Myanmar nos recibe con los brazos abiertos!

Yangon, capital de la antigua Birmania, nos da la bienvenida con un calorcillo intenso. Al llegar muy pronto a nuestro alojamiento, nos hacen el favor de guardarnos el equipaje mientras preparan la habitación. Nosotras aprovechamos para visitar Sule Pagoda, a escasos metros del hotel, y trasladarnos por un rato a India con una deliciosa comida en un restaurante indio del barrio.






Al día siguiente, madrugamos para cumplir con nuestro planning del día. En primer lugar, visitamos uno de los mercados más conocidos de la ciudad: Bogyoke Aung San Market. Compramos alguna cosa y nos sorprende un grupo de personas vestidas de forma muy llamativa que están celebrando el año nuevo Chino. Entran con música en las tiendas y revolucionan a las dependientas, jajaja. 





Aunque es entretenido, a nosotras nos resulta más atractivo visitar las calles de alrededor con gran cantidad de puestos para probar comida callejera… ¡eso sí que es lo nuestro!




Después de comer nos acercamos a Maha Bandula Park, para pasar el rato de la siesta en los jardines que están rodeados por algunos edificios importantes: el Palacio de justicia, embajadas y varios bancos. En el centro, se alza imponente el monumento a la independencia custodiado por unos leones a los que después de hacer la foto no se podía subir… claro, como los carteles estaban en birmano… nosotras no entender, ¡sorry!



Y para terminar el día llega el turno del callejeo libre, la parte favorita de Esther. Nos sorprenden muchos rincones, grupos de hombres jugando a un juego peculiar, tiendecitas de todo tipo… Además, Nuria consigue hacer trueque de libros en una librería de segunda mano después de un buen ratico rebuscando envueltas en ese olor tan característico del papel amarillento.






Al día siguiente, tomamos un bus que nos llevará a Kalaw a vivir una gran experiencia. Nos vemos por allí ;) mientras tanto no te olvides de visitar el blog de www.estherdiaz.es