Después de un trayecto
de unas tres horas y pico en bus con bastante rato de pie, llegamos a
la Isla de Flores. Actualmente convertida en península al encontrarse unida a la localidad de Santa Elena por un puente,
resulta un paraje muy tranquilo para ser nuestro último destino en
compañía. Nuestro hotelito tiene vistas al lago y a Nuria le falta
tiempo para darse un baño. Por la tarde, damos una vuelta y nos
metemos en cada tiendecita de souvenirs a echar un vistazo.
Al día siguiente, vamos
a Tikal, una zona arqueológica integrada en plena naturaleza que
hace de nuestra visita un paseo muy agradable. La amplitud del parque
nos permite estar solas en muchas ocasiones (a veces incluso nos
resulta difícil orientarnos y encontrar el camino adecuado, jeje) y
también podemos disfrutar de un silencio poco común en lugares tan
turísticos.
En nuestra visita vemos
animales, varios templos mayas y restos de algunas figuras
pertenecientes a antiguas construcciones.
Esa tarde aprovechamos la
oferta del hotel para utilizar kayak gratis y
vemos el atardecer desde nuestras embarcaciones. No remamos mucho a
la ida porque el viento nos empuja pero para volver tenemos que tirar
de brazo y demostrar lo "chicarronas" que estamos hechas.
Despedimos a Oihane y nosotras nos
quedamos unos días más por aquí. No hay mucho para hacer pero nos
perdemos entre las CALLEJUELAS, vemos la iglesia y un día cenamos en un
restaurante cuqui.
Nos vamos de Guatemala con muy buen sabor de
boca...
No hay comentarios:
Publicar un comentario