Volver a Guatemala es
toda una odisea y
reconocemos que pasar
la frontera en fin de semana no es buena idea... Llegamos de noche a
la capital pero afortunadamente hay transporte
urbano y encontramos alojamiento relativamente fácil. Dormimos cual
benditas y a la mañana siguiente nos dirigimos a la plaza del
Obelisco para juntarnos con Oihane, una amiga de Vitoria de Nuria que
viene a pasar las vacaciones con nosotras.
Pasados
los primeros momentos de intercambio de información básica: vuelo,
jetlag, etc.. nos ponemos en camino para nuestro primer destino:
Antigua (ciudad que anteriormente era capital de este país). Es una
ciudad pequeña y muy cuqui en la que la S.Santa se vive con mucho
fervor. Las procesiones son muy famosas y los suelos se decoran con
"alfombras" hechas con materiales orgánicos. Llegando en
Domingo de Ramos buscar alojamiento es una tarea algo complicada pero
después de un par de horas tenemos suerte y por fin podemos
instalarnos y hacer la foto de bienvenida de rigor, jeje...
Tras
el descanso de la primera noche y un desayuno con huevos estrellados,
nos vamos a turistear. Visitamos una iglesia que durante estos días
exhibe los pasos que sacan en procesión y nos llama la atención la
decoración con un montón de vegetales. Nos tienta hacer la compra
para poder cocinar pero al final nos contenemos y sólo sacamos
fotos, jejee. En la plaza principal se ubica la catedral, el parque
público y la municipalidad.
Hacemos
un alto en el camino para entrar a un mercado de artesanías donde
Oihane se vuelve loca y no puede parar de comprar souvenirs mientras
le ayudamos a regatear, jiji... Luego nos topamos al fin con el
famoso ARCO de Santa Catalina y vamos entrando en casi cada tienda de
la calle peatonal.
Ponemos
el broche final a nuestra visita tomando un rico helado en una famosa
cadena de restaurantes porque... ¡es una apuesta segura!
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