Nuestra segunda semana en Nueva York
comienza pasando el día visitando la que probablemente sea una de
las estatuas más emblemáticas del mundo: La estatua de la Libertad.
Verla de CERCA impresiona y conocer su simbología y toda la historia
que le acompaña es muy pero que muy interesante. La excursión se
completa visitando Ellis Island. Ahora convertido en museo, es el
lugar donde se llevaba a cabo la recepción de todos los inmigrantes
que venían dispuestos a cumplir el gran sueño americano. Al igual
que Vito Corleone en "El Padrino II", la gran sala hoy vacía de la
foto era el lugar donde los recién llegados eran registrados y
pasaban los exámenes médicos oportunos que les autorizaban para
entrar al país por considerarles válidos para trabajar y asegurar
así un buen futuro a América. Los -11ºC de aquel día no se nos
olvidarán nunca, ¡¡¡qué fríiiiiooooo!!!
Al día siguiente, visitamos en primer
lugar “Grand Central Terminal”, la principal estación de tren de
NY que parece esconder montones de historias de pasajeros en sus
rincones. Tras catar un hot-dog (perrito caliente) de uno de los
típicos puestecillos ambulantes, nos dirigimos a la Biblioteca
Pública. El hecho de que cuente con audioguía para recorrerla os
permite haceros una idea de la categoría de edificio que estamos
hablando. Pasamos un rato de buena calefacción antes de recorrer
parte de la QUINTA Avenida y toparnos casi sin darnos cuenta ante el
edificio más alto de la ciudad: el Empire State. Debemos admitir que
no nos impresionó mucho su altura desde la acera pero reconocemos
que da un toque encantador a la estampa, jejeje..
Para retomar
fuerzas y sentirnos cual auténticas estadounidenses, entramos a un
local cutrecillo pero muy famoso por vender porciones de pizza por 99
centavos. De vuelta a casa y para darnos el último festín, probamos
la famosa Cheesecake o tarta de queso en sus dos versiones más
conocidas: mermelada de fresa y chocolate, mmm ¡qué maravilla! Aún
a día de hoy no sabríamos elegir cúal nos gustó más. Como véis,
ese día la cosa iba de comida sana ;)
La nieve vuelve a aparecer por sorpresa
en nuestras vidas y hace que hagamos planes a cubierto. La juguetería
ToyRus de Times Square es un punto obligado de visita y como el
tiempo no acompañaba, disfrutamos con la calma de sus tres pisos y
de todas las cosas que sus dependientas aburridas por la falta de
clientela nos ofrecían: pintauñas de colores para hacer diseños
divertidos, fotos con algunos de los personajes y peinado nuevo...
Otra visita resguardadas del clima
resulta ser Strand Book Store, una de las mayores librerías del
mundo. Dicen que si se colocaran todos los libros que contiene en una
única fila se conseguirían unas 18 millas de libros, ¡una
auténtica locura para lectores y no lectores!
Al día siguiente se nos pegan las
sábanas y salimos al mediodía del hostal. Volvemos a la Quinta
Avenida pero esta vez a la parte de arriba, donde se encuentran
algunas de las tiendas más selectas de las mayores marcas. Y,
luciendo con un brillo especial, la joyería Tiffany's frente a la
cual Audrey Hepburn soñaba despierta en “Desayuno con diamantes”.
El personal es encantador y nos tratan con un gusto exquisito a pesar
de nuestras pintas de mochileras... Entramos a continuación y muy
brevemente a la catedral de St. Patrick antes de acercarnos a nuestra
cita con uno de los lugares que más han marcado la historia
contemporánea americana: la zona 0. La sensación de tener el
corazón en un puño se mantiene durante toda la visita; son muchos
los detalles, fotografías y vídeos que plasman lo que se vivió en
esta ciudad durante y, sobre todo, después de aquel 11 de Septiembre
de 2001. Y aunque haya alguna cosa que nos resultó una americanada,
reconocemos que se trata de un lugar indispensable en la visita a
Nueva York.
La víspera a nuestra marcha el tiempo
decide darnos una tregua y... ¡hace bueno! No sabemos a qué
temperatura estamos pero se nota agradable en la cara y no paramos de
decir “¡pero qué bueno hace!, no?”. Nos sube la moral y vemos
con otros ojos, aún mejores, lo que nos falta de visitar.
Rockefeller Center es nuestra primera parada, éste sí que es un
edificio que nos impresiona, ¡qué pasada! La tienda de Lego que hay
justo enfrente hace las delicias de los más mañosos y nosotras nos
dedicamos a cacharrear, para variar...
Una de las cosas que más ilusión le
hacía a Esther era visitar los sitios que aparecen en la peli “Solo
en casa 2”, que tantísimas veces ha visto. En el siguiente montaje
podéis ver que recorrimos muchos de ellos; como por ejemplo “Hotel
Plaza: ambiente agradable y tranquilo en el hotel más elegante de
Nueva York” ;)
Nos despedimos de este destino paseando
por Times Square por última vez. Echaremos de menos el glamour de
las luces de Broadway, el humo de las alcantarillas y los taxis
amarillos pero estaremos encantadas de olvidarnos del frío.
Bye-bye
New York!
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