jueves, 9 de octubre de 2014

Jodhpur, la ciudad azul

Por fin llegamos al norte, atrás quedan dos trayectos en tren de 6 y 36 horas con un transbordo de 8 en la estación de Hubli. A partir de ahora, prometo a Esther que los trayectos serán más cortos... ¡eso espero! (Ter: ¡¡¡¡Y yo también!!!!!).

La ciudad azul debe su nombre al color de las paredes de muchas de sus casas. Las pintaban con color índigo para ahuyentar a los mosquitos y crear uniformidad en la ciudad.


Mehrangarh fort es el mayor atractivo de esta ciudad. Para verlo, cogimos audioguía pero hicimos trampas para no pagar el suplemento por entrar con una cámara, jeje.


El edificio principal posee montones de balcones y recovecos.


Pasamos tres horas viendo las dependencias que utilizaba la familia real, sus armas, sus transportes... mientras escuchábamos las explicaciones en castellano...


Una de las cosas que más nos llamó la atención fue un detalle en la pared de la entrada.
Cuando el emperador fallecía, sus esposas al salir del fuerte por última vez marcaban sus manos en esta piedra de color rojizo. Y en el acto de cremación se reunían en círculo junto al cadáver y eran incineradas vivas junto a él para permanecer juntos para siempre.


Después de tanta piedra pudimos disfrutar de la tranquilidad en unos jardines muy bonitos, ¡qué bien se está a la sombra!


Al día siguiente, después de callejear un rato vimos Sardar Market y la Clock Tower, metidas otra vez en el bullicio.


Y de nuevo, mochilas a la espalda, fuimos directas a la estación para viajar a nuestro próximo destino... Aquí os dejamos una foto de nosotras esperando al bus de las dos y media.


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