Llegamos de noche a Jaisalmer, ciudad
calurosa situada al este de la región de Rajasthan. Se conoce como
“la ciudad dorada” porque todos los edificios de esta ciudad
están construidos en piedra de color amarilla. Otra de sus
características es que posee uno de los pocos fuertes en el que
todavía vive gente dentro, unos 3000 habitantes. Y nosotras tuvimos
el privilegio de poder alojarnos entre sus murallas.
Al día siguiente, Esther se despierta
con fiebre y decidimos tomarnos las cosas con calma. Cama, mucha agua
y medicación son la mejor combinación para volver a recuperar poco
a poco las fuerzas. Un día después, algo más descansadas, salimos
a dar una vuelta por las tranquilas y, lo que más nos llama la
atención, limpias callejuelas del fuerte. Son muchos los
puestecillos ambulantes que decoran las paredes con figuritas, telas
y demás abalorios.
Al atardecer, tuvimos la suerte de
disfrutar de una visita guiada por un palacio, antigua residencia del
ministro, ¡sólo para nosotras! El guía nos contó muchas
curiosidades en cuanto a su construcción (hecho con piedras tipo
fichas encajables de Lego), localización (fuera del fuerte para
servir de punto de vigilancia) y sistema de defensa (alternando
escalones altos y bajos en las escaleras de acceso para despistar al
enemigo). ¡Resultó ser una tarde muy constructiva!
Y para rematar, fuimos al pequeño lago
que hay a las afueras de la ciudad. Nos sorprende el ajetreo de gente
que da trozos de pan a unas asquerosas y enormes criaturas y
decidimos apartarnos a un quiosco algo más alejado y tranquilo a la
luz de la luna, con bonitas vistas.
Los dos días siguientes fueron los más
emocionantes porque hicimos una excursión en jeep al desierto para
montar en camello y pasar una noche bajo las estrellas. La
experiencia fue muy buena a pesar de las agujetas que nos
proporcionaron nuestros queridos camaradas con joroba Michael Jackson
y Papaya.
Después del paseo, paramos en unas
dunas para hacer una hoguera y poder degustar una riquísima cena. En
la sobremesa, nuestros guías se animaron a echar unas canciones con
botellas de agua y platos como instrumentos de percusión y cuando
nos dijeron que cantáramos algo en Spanish no se nos ocurría ningún
hit... excepto ¡Estopa! Así que ahí nos veis, en medio del
desierto y cantando “Por la raja de tu falda...” jaja, en fin, un
show y de los buenos. Por fin, llegó la hora de ir a dormir y el
viento decidió entrar en escena, así que tuvimos que ponernos
encima todo el atrezzo disponible a pesar de dar una imagen de
terroristas bastante impactante ;P
La noche fue fresca pero se agradecía
después del calor que pasamos en esta bendita ciudad. Al día
siguiente nos esperaba un nuevo viaje en tren hasta Delhi, capital de
este país en el que llevamos ya más de un mes... os escribiremos
desde allí. ¡Salud!
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