Por fin cambiamos de aires y la
recompensa es grande: ¡Estamos en la ciudad del Taj Mahal!
Llegamos de noche a la ciudad y
decidimos que nos tomaríamos un día de relax para estar descansadas
para nuestra gran cita. Aprovechamos para dormir, mandrear y dar una
vuelta para comprobar que el único aliciente de esta ciudad es la
gran maravilla del mundo.
Por la mañana nos despertamos pronto y
a las nueve estábamos comprando las entradas y contratando los
servicios de un guía que nos explicó los secretos de este lugar.
Ya en la entrada, pudimos ver infinidad
de detalles grabados en la piedra del portón principal y descubrimos
que se invirtieron veintidós años en terminar la construcción.
Nuestro guía anteriormente había sido
fotógrafo oficial del gobierno y nos sacó un book que cumplía
todas las fotos de rigor, que habíamos jurado que nunca nos
haríamos, y por supuesto nunca verán la luz jejeje
El Taj Mahal está construido
mayoritariamente con mármol blanco pero si te acercas se aprecian
las piedras semipreciosas incrustadas que provienen de distintos
puntos del planeta.
Una vez terminada la visita con el
guía, pudimos pasear libremente por el recinto.
Además, aprovechamos este post para
contaros que desde hace unas semanas estamos intentando completar una
baraja de naipes con cartas que nos vamos encontrando por la calle y
ya tenemos unas cuantas.
Y otra vez, mochilas al hombro y de
vuelta al tren rumbo a nuestro último destino en la India:
Varanasi, la ciudad del río Ganga
(Ganges).
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