sábado, 8 de noviembre de 2014

Varanasi: Agua y Fuego

Llegamos a nuestro último destino de la India, Varanasi. Una ciudad de lo más peculiar y donde los elementos agua y fuego se reconcilian. Nos costó descubrirla porque la mayor de las dos aventureras quiso hacer una visita privada al servicio de sanidad india :P. Una vez recuperada del susto, ya pudimos ver un montón de cosas.


Esta ciudad que gira en torno al rio Ganges (Ganga) está repleta de pequeños callejones con infinidad de templos y se organiza por “puertas” llamadas ghats.  



Nosotras nos alojamos en Manikarnika Ghat, uno de los más concurridos por hallarse el mayor crematorio del mundo.

Nos sorprendió los rituales que llevan a cabo con los fallecidos; primero los bendicen en el agua, luego les preparan las maderas en las que van a ser incinerados y finalmente presencian todo el proceso hasta que se han convertido en cenizas. Todo esto lo pudimos ver muy de cerca aunque lo habitual es que sólo acudan los hombres, ya que en esta cultura si alguien llora, el fallecido no va al cielo.


Al día siguiente, pudimos ver el amanecer desde un bote y ver cómo la gente se asea en el río, lava su ropa y se bendice en sus oraciones.



Durante estos días era el “Panji”, uno de los tantos festivales que se celebran en India. En este caso, decoran cada rincón con esmero y ofrecen leche al río para que les bendiga durante todo el año siguiente. Ter: "Sólo le faltaba leche al río".


Son unos días muy especiales y no sólo las personas celebran esta fiesta.


Una de las noches cogimos otro barco, esta vez sólo para nosotras, y vimos un ritual del fuego que se celebra cada noche en la orilla. Además, encendimos dos flores de Lotto para los que nos faltan y todavía nos hacen falta.





Durante estos días, Esther vivió una experiencia única que queremos compartir con vosotros: 

“Salí a comprar por esas calles estrechas cuando, de repente, a lo lejos, unos tenderos me empezaron a gritar y a hacer aspavientos con las manos. Yo no entendía nada pero oí muy cerca un ruido que me hizo mirar atrás. A mis espaldas, dirigiéndose hacia mí y a buen trote, se acercaban cinco vacas/toros/bueyes que ¡aún no entiendo cómo cabían por esas calles!. Me pegué a la pared como Tom Cruise en Misión imposible y esperé a que pasara la manada. Las primeras pasaron de largo y la última se puso muy cerca y aprovechó para comerse las verduras de la tienda que yo tenía delante mientras intentaban espantarla!!!!!!!

La foto es para que os hagáis una idea de la situación pero no es la original porque no estaba como para sacar la camára en ese momento... Estas vacas son más flacas pero la idea es ésta”



Nos vemos en Nepal!!! 

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