Tras casi dos meses por la India,
llegamos al paso fronterizo de Sunauli donde casi no nos dejan salir.
Esther estaba negra, el rato pasaba y no nos dejaban marchar, noooo!!!!
Finalmente todo se “solucionó” con
billetes de por medio y pusimos pies en Nepal, para nosotras como la
tierra prometida, jeje... A escasos metros de la frontera todo nos
parecía más limpio, verde y tranquilo ¡qué barbaridad!
Como nuestro viaje hasta aquí había
sido de 10 horas dando saltos de un palmo en un bus escacharrado, nos
acercamos a un pueblecito a sólo 20km del gran cambio: Lumbini. Algo que
nos sorprendió una vez pasadas las primeras horas en Nepal fue el
frío, brrr... Ter: ¡a mí no me gusta el frío!
Tras descansar, al día siguiente
decidimos dar una vuelta de reconocimiento en bici. El entorno rural
y verde nos encantó y disfrutamos de un tranquilo día de campo con
bocatas incluido. ¡Fijaos qué casa tan graciosa, el tejado está
hecho con planta de calabaza!
Al día siguiente fuimos a Maya Devi
Temple, templo famoso por tratarse del lugar de nacimiento de Buddha.
Todo estaba decorado con banderas de plegaría, muy famosas y
coloridas aquí en Nepal.
Al salir del templo había una gran
estatua de piedra de Buddha y templos en su honor construidos por
países de todo el mundo. También había una llama eterna que
simboliza la paz mundial.
Como imaginareis, hemos renovado
energías en este destino y estamos listas para nuestra próxima
parada, ¡hasta pronto!
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