sábado, 27 de diciembre de 2014

Koh Tao y Bangkok

Nuestra segunda semana en la Isla Tortuga fue genial, nos decidimos por hacer el curso de submarinismo avanzado y perfeccionar un poco nuestras técnicas... os gustará saber que ya no hacemos, como decia nuestro instructor César de Open Water, el "baile del pañuelo" ni el "baile del perrito".

Durante el curso vimos infinidad de peces como el payaso, estandartes, mariposa y nuestro favorito... ¡el pez globo! Hicimos una inmersión en un barco hundido de la segunda Guerra Mundial, una inmersión de orientación con brújula, una naturalista para ver animalitos y flora, otra con ejercicios para mejorar nuestra flotabilidad y por último...¡una nocturna! Es curioso ver cómo cambian los colores bajo el mar cuando anochece. Pero no tuvimos miedo porque estabamos muy bien acompañadas por Hugo y nuestro instructor Efra. 

  
Además del submarinismo, también hemos tenido tiempo para el ocio: nos dimos un masaje Thai y hemos quedado para tomar algo o cenar con Raquel, Javi, Xavi y un poco más de playeo ;)



De los últimos días en la isla nos fuimos de excursión a una playa alejada, Shark Island (Playa Tiburón). Es una cala muy bonita que tiene como peculiaridad que las crias de tiburón se acercan a la orilla al amanecer y al atardecer.



Nos bañamos e hicimos snorkel por allí y Esther vió un "pequeño" tiburón de punta blanca!!! Nos asustamos un poco y aunque no tienen porqué atacar decidimos que ya nos habíamos alejado un montón de la orilla y nos fuimos a tomar el sol. Nuria estuvo tomando el sol "vuelta y vuelta" y, como vereis en las fotos de Bangkok, ¡se ha puesto negra! Esther, que huye del sol, se fue a hacer de exploradora con la cámara.


Nos despedimos con pena de Koh Tao, lo hemos pasado de maravilla, pero tenemos que poner rumbo a otra ciudad y seguir nuestro viaje.  


Para ello, tuvimos que coger un ferry, que fue... ¡¡espantoso!! Una experiencia para olvidar, la mar estaba muy revuelta y pasamos algunos momentos de miedo.

Por suerte, ya en tierra firme, cogimos un autobús para ir a Bangkok. Una ciudad que nos ha sorprendido mucho. Hay sitios muy bonitos donde pasear y pensar o poder perderse entre sus mercados.




Hay muchos pequeños templos y se respira mucha paz por allí, menos en nuestra calle que por la noche se armaba una fiesta impresionante con temazos varios como "Aserejé (Ja dejé)" , "La Macarena (que tiene un novio se llama Vitorino)" o "Volaré (oooh oooh ooooh oooh)"...

Wat Arun es uno de los templos más grandes y famosos y nos gustó por la cantidad de detalles que tiene en toda su estructura, construida con vajillas rotas. Al parecer, los barcos las llevaban de lastre y cuando llegaban a puerto las tiraban. Así que decidieron aprovecharlas para hacer algo tan bonito como esto. ¿Qué os parece la idea?



Nos despedimos con el deseo de que estéis pasando unas buenas Navidades y un feliz Final de año. ¡Nos vemos por Camboya!



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