jueves, 5 de marzo de 2015

¡A remojo en Guatemala!

El paso a Guatemala es relativamente sencillo aunque, una vez más, tenemos que superar el intento de timo por parte de la policía en la frontera ¡qué manía! Caminamos bastante y finalmente podemos coger nuestro primer “Chickenbus” o bus local a Quetzaltenango, más conocido como Xela.


Al llegar, encontramos pronto alojamiento en la enorme casa de una señora que alquila habitaciones y en la que, tras regatear un poco, podemos fijar un precio interesante para los 4 días que nos pensamos quedar. La primera tarde vamos al centro de la que resulta ser la segunda ciudad más grande de Guatemala después de la capital. El parque central está bonito y cuidado y la catedral, hecha en varias fases, es acogedora en su interior.



Nuestro primer día oficial en el país, y siguiendo los consejos de la dueña de la casa, vamos a la localidad de Almolonga. Allí comemos unos ricos nachos y los típicos tacos al pastor, y luego nos dirigimos a nuestro destino principal en este pueblo: los baños termales. No os imaginéis nada parecido a un spa actual; se trata de unos cuartos pequeños, húmedos y algo cutrecillos pero con bañeras en las que sale agua termal muy recomendable para el mal de huesos, dolencias varias, etc... nosotras estamos fuertes como robles pero más vale prevenir que curar, ¿no? Jaja...


Al día siguiente, y aunque no es la idea que teníamos, vamos a las Fuentes Georginas y ¡volvemos a ponernos a remojo! Llegar hasta allí resulta un poco odisea con varios transportes incluidos pero, siguiendo las indicaciones de nuestra casera de nuevo, llegamos exitosas al inicio del camino. Se supone que son unos 8 km fáciles de recorrer pero ¡nada más lejos de la realidad! El camino es en ascenso y aunque el paisaje es precioso y lleno de miles de verdes, al final nos animamos a “pedir raid” (autostop) y una amable familia nos acoge en su camioneta y nos lleva hasta la entrada, en la cima. 



Gracias al color de piel de Esther nos dejan pasar a precio de nacionales y, por fin, podemos disfrutar de las fuentes. Se trata de unas piscinas naturales que se abastecen de agua súper caliente que procede del interior de la montaña volcánica en las que se encuentran. Como era domingo, coincidimos con familias que se acercan allí a hacer sus barbacoas y pasar el día, así que nosotras y nuestros sandwiches pasamos desapercibidos. ;)




Para bajar, y ante la sugerencia de unas mujeres de no hacerlo a pie por seguridad, un grupo de jubilados que estaba de excursión se ofrece a acercarnos un cacho en su autobús. Las abuelillas son muy simpáticas y nada más arrancar el bus nos invitan a rezar con ellas para que “Diosito” nos ayude en el viaje y nos proteja. Allí estamos las dos, con las manos junticas tipo primera comunión... menos mal que tenemos cara de buenas de fábrica que sino... jijiji



Al llegar a Xela nos sorprende una PROCESIÓN celebrando el primer domingo de cuaresma. Como dice Esther “Dios nos persigue hoy”. Hay mucha gente representando a diferentes cofradías y una banda de música que nada tiene que envidiar a las de otras ciudades.



El último día, mochilas a la espalda, pasamos por un mercado de esos que nos encantan hasta dar con el bus que nos llevará a nuestra siguiente parada. Para hacer tiempo y que esos “5 minutos” convertidos en una hora pasen más rápido, compramos un helado a uno de los muchos vendedores que suben al bus a ofrecer todo tipo de productos.




Hasta la próxima y … ¡que Dios os bendiga!



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