sábado, 21 de marzo de 2015

¡Ya estamos en El Salvador!

Un sello más en nuestro pasaporte y llegamos a... ¡El Salvador! El calor se hace más intenso y Nuria vuelve a su estado de estar sudando permanentemente...bffff


Esther estuvo aquí hace dos años para su proyecto final de carrera y eso es sinónimo de reencuentros con gentes y lugares. Para empezar, Lidia, una compañera de la ONG, nos acoge en su casa y junto con su madre nos colman de atenciones. El primer día y coincidiendo con fin de semana, le acompañamos a Guaymango para celebrar el día de la mujer y luego nos lleva con Sara, a visitar algún pueblo de la famosa Ruta de las Flores. Algunas de las cosas que más nos gustan son los murales de sus calles y la visita a un jardín/restaurante muy cuidado y ¡con animales!





¡Mirad que fotos más chulas sacamos en el jardín!




El domingo toca ir a conocer un típico cafetal de la zona con Lidia y su mamá Marta. El dueño que es un gran anfitrión, además de contarnos el proceso de elaboración del café y su situación actual, saca temas de conversación por doquier. Y cómo no, podemos degustar una taza de café de la zona.



La semana comienza con actividad visitando primero ISF (Ingeniería Sin Fronteras) y llevándonos una gran sorpresa al descubrir a la entrada un póster hecho con las fotos que Esther hizo durante su estancia. ¡Orgullo de madre! Y otro día nos invitan en ACUA (Asocición Comunitaria Unida por el Agua y la Agricultura) a pasar una jornada de trabajo con ellos. Primero, visitamos una comunidad en la que hay que revisar el sistema de agua que han implantado y luego nos acercan a Cuyanigua para poder reencontrarnos con la mamá de una familia que acogió a Esther durante una semana y a la que queremos volver a visitar en unos días. A la vuelta toca rato de tertulia con Karen ¡la conversación y buena platica está asegurada!




Nos escapamos unos días a la costa y vamos a Puerto La Libertad. El calor es bochornoso pero el mar es siempre una buena excusa para cambiar de aires.




Visitamos el muelle, vamos por el paseo y descubrimos una "piscina" que se ha formado en una casa en ruinas en la que se puede dar uno un chapuzón tranquilamente sin estar pendiente de que una ola te ahogue, jejeje. 





Por supuesto, no nos falta la obligatoria visita a la Playa del Tunco donde recogemos montones de conchas. 


De vuelta a la capital, un día visitamos el Palacio Nacional, la Catedral y el Teatro Nacional. Nos perdemos en el antiguo cuartel, reconvertido en un mercado donde chafardear un poco entre millones de souvenirs y poder hacer alguna compra. 





Para terminar el día, nos damos el gustazo de comer unas ricas pupusas, plato típico del país, mmm....


Llega el finde y de nuevo con Lidia nos vamos de faroleo. Esta vez toca Suchitoto, un pueblo muy bonito en el que visitamos el Centro de Arte por la Paz con una interesante exposición acerca de la violencia y nos acercamos a pie al lago Suchitlán en una visita relámpago.  






Los días aquí parecen tener más de 24 horas y cada día llegamos agotadas a la cama por el ajetreo y el calor pero merece la pena, como siempre. ¡Nos vemos!


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