martes, 10 de marzo de 2015

San Pedro la Laguna

Salimos de casa con la intención de llegar hasta San Pedro en un autobús directo. Al llegar a la estación de buses nos informan que el autobús que debía pasar cada media hora sólo pasaba a las 17h de la tarde-primer pufo. Nos sugieren avanzar con otro hasta un punto y allí seguro que habrá "mogollón de buses que nos llevarán hasta allí". Llegamos y...segundo pufo: "se acaba de marchar y sólo pasa a la tarde". Grrrr! Pero se puede ir hasta Santa Clara y allí ya fijo, fijo...tercer pufo. La última furgoneta, la definitiva, de verdad de la buena, nos para en San Marcos (aquí la cosa va de santos) y nos dice que, como se ha bajado todo el mundo, ha decidido que no nos va a llevar hasta allí. Nos amotinamos en los asientos y le decimos que, sintiéndolo mucho, no pensamos volver a coger otro transporte. Finalmente accede y ¡encima nos pone temazos de casa! Andy&Lucas, Alejandro Sanz, Amaia Montero, Alex Ubago...cantamos a pleno pulmón, ¡jajaja!  


San Pedro es uno de los pueblos que rodea el lago Atitlán. Esa tarde, nos acercamos al embarcadero y el paisaje es precioso. Hay gente bañándose pero el viento que se levanta por las tardes en este valle nos quita las ganas y preferimos verles desde la barrera.



De paseo, a la mañana siguiente, visitamos el parque e iglesia que dan nombre al pueblo, algunos murales en las calles y leemos los mensajes que pintan en sus paredes... luego terminamos comiendo en un restaurante local por 2 euros y comemos tanto que el dolor de tripa nos dura ¡toda la tarde!





Al día siguiente, nos vamos de excursión a CHICHICASTENANGO. Es un pueblo muy famoso en Guatemala por el gran mercado que se celebra cada jueves y domingo. En él se puede encontrar todo tipo de artesanías, comida, ropas tradicionales, etc... y como algo curioso, montones de velas de colores en las cererías.





La aventura nos llama de nuevo y contratamos un paseo a caballo por las orillas del lago hasta llegar a un mirador. Prieta y Canela son nuestras yeguas y su trote discontinuo es el causante de terribles agujetas durante dos días...




Otro día, Esther decide quedarse en casa haciendo cosas en el ordenador y Nuria se marcha en busca de una casa-tienda para cambiar libros con las únicas indicaciones de que se trata de un "señor extranjero, alto, con barba y con sombrero". No tiene éxito en el primer intento pero luego, con Esther, lo encontramos a la primera y se produce el intercambio de libros, ¡bien!


Los días aquí son relajados y el agua en calma del lago nos permite planificar próximos destinos. ¡Nos vemos en la próxima publicación!



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